Capitulo 2

Katie me da un abrazo, un beso en la mejilla y nos deja solos a James y a mí con un guiño de ojo. En cuanto se da la vuelta James coloca su brazo por encima de mi hombro y me pega a él.


-¿A dónde quiere que vayamos señorita Leeaves?
-Debería irme a casa, mi madre tiene que arreglar a Flyes y tú tendrías que ayudar a Katie a preparar a Kurt- le digo dándole un beso- es su primer año, querrá el apoyo de su hermano mayor.

James se queda pensando y sé que está muy lejos de aquí, recordando partes de su pasado que conseguiré algún que me cuente. Suavemente le toco la mejilla haciendo que se despeje de ese mundo que pocas veces le trae cosas buenas, baja la cabeza y me sonríe.

-De acuerdo, pero déjame que te acompañe a casa y que salude a tu madre.

Ahora la que sonrío soy yo, mis padres adoran a James y a Katie; pero mi madre tiene especial predilección por ellos, ella y su madre eran bastante amigas.
-Vamos.
Caminamos hasta mi casa, que no queda muy lejos del aserradero y entramos a ella.

-¡Hola, mamá! ¡He vuelto!
-¡Hola, señora Leeaves!- saluda James.
-Hola, chicos.-dice mi madre apareciendo por la entrada- ¿una buena jornada?
-Muy rápida,- dice James sonriendo- gracias a la ayuda de ellas.
-Me alegro.-mi madre se muestra muy alegre, cosa que me anima- ¿te quedas un rato, James?
- Me encantaría,- dice James- pero creo que Kurt me necesita.

Mi madre asiente pesarosa.
-Te entiendo, el primer año siempre es el más complicado.- Veo como algunas lagrimas se agolpan en sus ojos- Bueno, dejo que os despidáis.

Se acerca a James y le da un abrazo, veo como James se sorprende por su cercanía pero veo que a la vez le complace. Mi madre se aleja del abrazo y le coge la cara con las dos manos.

-Quiero que esta noche vengáis a casa a cenar, ¿se lo dirás a todos?
-Estaremos encantados de venir, muchas gracias- dice James con una sonrisa de agradecimiento.
-Siempre tendréis un segundo hogar aquí. Tenlo presente. Mucha suerte en el sorteo.

Después de esto se va, dejándonos otra vez a James y a mí, solos. Veo que tiene unas cuantas lágrimas en los ojos también. Me acerco a él y le abrazo.

-Mírame- le digo suavemente y cuando lo hace le quito una que había rodado por la mejilla- no llores, por favor. Mi madre lo dice de verdad.
-Lo sé,- dice el pestañeando para despejar sus ojos-  simplemente es que la echo de menos.
-Pero tienes a tu alrededor mucha gente que te quiere para no echarla tanto en falta, mi madre- digo sonriendo- es el mejor ejemplo.

Los dos nos reímos y me vuelve a besar.
-Por que la suerte siempre estará de nuestra parte- susurra James pegado a mis labios.
-¿Eso no es mucho tiempo? Algún día se agotara, digo yo. -Sonrío, nuestras conversaciones son inverosímiles.
-No, estamos tan confraternizados con ella como los del Capitolio con sus tendencias de moda.

Dicho esto me da otro beso, dice que me ve en poco y se va. Todo lo que ocurre después va a cámara rápida; mi madre me prepara el baño, me ducho, me seco y me pongo un bonito vestido verde de tirantes por encima de la rodilla y con una cinta alrededor de la cintura que hace que mi figura se estilice. Me recojo mi pelo castaño con dos pinzas para apartarlo de la cara, espero que no salga nadie conocido por que como ocurra verán todas mis expresiones.
En menos de una hora nos dirigimos a la Plaza, donde se ha colocado el escenario reglamentario de cada Distrito; allí, nos encontramos con Katie, James, Kurt y el señor Darkforest, mi padre también ha llegado y esta junto a ellos. Lentamente nos acercamos hacia donde están, todavía queda un poco de tiempo antes de que comience todo.
Katie lleva un vestido amarillo que hace que parezca una luciérnaga. Cuando se lo comento todos nos reímos y ella alega que son bichitos adorables. James me da un beso y me comenta que estoy radiante, hay que reconocer que la camisa le queda muy bien así que tambien se lo digo.
Veo que nuestros padres intentan restarle importancia al acontecimiento, aun sabiendo que alguno de nosotros cinco podría salir esta vez, hablan del gran banquete que daremos esta noche todos juntos y nos dan las gracias por invitarles. Mi madre le dice a Katie que si quiere puede quedarse a dormir conmigo y las dos aceptamos gratamente con una sonrisa radiante y dándonos un abrazo. James protesta por que el no puede quedarse. Es bueno tener momentos así. Pero pronto se acaban cuando nos dan el último toque para que nos coloquemos en nuestros puestos. Nuestros padres nos abrazan y nos dan ánimo. Después los cinco nos adentramos dentro del recinto impuesto para los niños entre los 12 y los 18.
Katie abraza a sus hermanos mientras yo abrazo a Flyes.

-¿Saldremos?- me susurra.
-Tú no, eso es muy seguro.- Sueno esperanzada, ojala fuera así como realmente me siento.
Suelto a Flyes y me dirijo hacia Kurt, el cual me da un beso en la mejilla y me abraza fuerte, esta temblando, le abrazo muy fuerte y le digo que luego hablaré con mi madre para que le deje quedarse esta noche también en casa, me sonríe y me suelta. James me acaricia la mejilla y antes de que pueda darme un beso varios amigos comunes se acercan a nosotros y nos separan.

-¡Vamos! Que no podéis parar de daros besitos ni en días como hoy- comenta Robbie, el mejor amigo de James, con su habitual sonrisa contagiosa- Clare, me lo tienes atontado al muchacho. Rápido, que la Cosecha no espera.

Los dos nos reímos y nos damos un beso rápido, después de eso Robbie se despide de nosotras  y Rebecca, amiga común de Katie y de mí, nos separa de los chicos para dirigirnos a nuestra zona. Por lo menos hay un poco de humor antes de los fatídicos instantes de la selección. Nos colocamos junto al grupo de chicas de 16 justo cuando Alanna Poudmoure, representante de nuestro distrito, aparece por el escenario con un estrambótico traje rojo brillante y un pelo amarillo que me dan ganas de echarle un cubo de agua para comprobar si no es fuego de verdad.

Los siguientes en hacer acto de presencia son nuestro alcalde y Johanna Mason la cual, imagino, le habrá tocado otra vez ser mentora de los tributos, bueno, creo que es mejor, es una gran estratega.
Una vez todos colocados el alcalde se acerca al micrófono y nos empieza a contar el discurso anual sobre la creación de nuestra gloriosa Panem, los días Oscuros, el Distrito 13 , el Tratado de la Traición y sus nuevas leyes y claro está: Los Juegos del Hambre… Somos malos muy malos y nos llevamos a vuestros hijos muhahaha…  Katie y yo vamos repitiendo las palabras una por una durante todo el discurso, son cuatro años escuchándolas repetidas veces. Lee la lista de los tributos vencedores del 7, deben ser unos cinco, pero apenas viven tres; la última vencedora fue Johanna hace dos años. Acaba el discurso y Alanna se acerca dando pasitos diminutos hasta colocarse en medio de las dos urnas.
-¡Bienvenidos, bienvenidos al sorteo de Los Sexagésimo Octavos Juegos del Hambre!- canturrea con el irritante acento de el Capitolio- ¡Y que la suerte este siempre, siempre de vuestra parte! Como siempre, primero las damas.

Se acerca a nuestra urna, hace el numerito de no saber qué papel escoger y saca el primero que su mano roza. Se acerca lentamente al micrófono para dar más emoción, abre el papel y lo lee para sí. Bueno, allá vamos; no sé porque, pero este año apenas estoy nerviosa, es más, creo que la suerte este año si que esta de mi parte y que no saldré…

-¡Clare Leeaves!
…Elegida.