miércoles, 20 de junio de 2012

Capitulo 4


Alanna se acerca feliz y sonriente al micrófono.

-¡Qué chicos más encantadores!

¡¿Encantadores?! Me dan ganas de tirarla de un empujón fuera del escenario. Contrólate Clare, ella no tienen la culpa de esto. Está acostumbrada.


-¡Quiero que les deis un aplauso a los tributos que os representaran este año!

<<Despediros de ellos, porque probablemente no les volvíais a ver. >> Pero eso no lo dice, solo lo pensamos todos en nuestro interior. Unos leves aplausos se forman en toda la plaza, pero duran poco, nuestras caras deben ser un poema. El alcalde acaba de leer el Tratado de la Traición y nos pide que nos demos la mano. Me giro hacia James y no solo quiero darle la mano, quiero tirarme a sus brazos y llorar desconsoladamente por la suerte que nunca pasa por nuestro lado, y que él me acariciara el pelo y me consolara diciendo que todo saldría bien, aunque los dos supiéramos que eso en la vida ocurriría. Pero creo que tengo que conformarme con la caricia que hace con su pulgar en el dorso de mi mano y esa cálida y verdosa mirada llena de amor.

Y entonces entiendo todo. Tomo una decisión instantánea mientras suena el himno; voy a despedirme de todos por que será la última vez que les vea, instintivamente toco el hueco donde se supone que debería colgar mi collar, ¡no está! Intento no asustarme mientras intento recordar donde lo dejé, no quiero irme al Estadio sin él. Katie, se lo deje para que lo barnizara…

Acaba el himno y nos escoltan al Edificio de la Justicia; dos Agentes de la Paz me meten en el interior de una habitación y me encierran. Clare no llores, no llores. Tengo que repetirlo para que no suceda, no me gustaría que todos pensaran que soy tan débil, la débil, patética e indefensa Clare…

Miro a mí alrededor y veo que es una habitación demasiado grande para este tipo de eventos, todo está decorado lujosamente y con sumo gusto. ¿Me pregunto si en todos los distritos tendrán el mismo tipo de salas? No puedo pensar mucho en la respuesta ya que entran mis padres y Flyes.

-¡Oh, cariño!- grita mi madre con lágrimas en los ojos, me abraza fuertemente y llora.

Yo también la abrazo, pero no lloro, no quiero hacerlo. Miro a mi padre y a Flyes, están tan aturdidos como yo. Tengo que hacerlo, no tenemos mucho tiempo.

-Escuchad atentamente los tres,- comienzo a decir- lo primero de todo  es que quiero que sigáis celebrando esa cena con Katie, el señor Darkforest y Kurt, da igual que James y yo hallamos salido elegidos.-Se me hace un nudo en la garganta al pronunciar su nombre, pero debo continuar- Ocurra lo que ocurra en estos juegos quiero que les ayudéis, Katie tiene potencial papá, enséñale como me enseñaste a mi toda la profesión, metedla en el taller de artesanía, ¡lo que sea! Flyes, debes empezar a entrenar para los próximos juegos, ya sabes cómo les gusta al Capitolio los hermanos de antiguos tributos… Y sobre todo, por favor, manteneos unidos todos, pase lo que pase.

Entonces los abrazo y dejo que lloren y se desahoguen, les transmito todo el amor que siento hacia ellos y les digo cuanto les quiero. Mi padre me coge por los hombros y me dice:

-Clare, eres ágil, fuerte, lista y conoces todos los puntos débiles de un cuerpo humano, te veo capacitada para ganar más que de sobra. Todos querrán matarte, pero sabes que puedes con ellos.

-No me preocupan los 22 que quieren matarme, me preocupa ese 1 que hará lo que sea porque los demás no me toquen un pelo. – Miro a mi familia con las lágrimas empujando tras mis lacrimales- Despediros de él, por favor.

-Lo haremos.-dice mi madre antes de que vengan dos agentes y los cojan de los hombros.-Te queremos, hija.

-Y yo a vosotros, sois los mejores.

Después se van, me dejo caer en el sofá y pasan cinco minutos antes de que se vuelva a abrir la puerta y entre Katie. Se arroja a mis brazos y me abraza hasta casi asfixiarme.

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